5 Mandamiento
Energías limpias y amigables con la naturaleza
Unos cuantos datos nos permiten entender qué está pasando en el mundo en cuanto al uso de energías y su relación con la naturaleza.Energías limpias y amigables con la naturaleza
En el año 1751 se estima que las emisiones de dióxido de carbono provenientes de la quema de combustibles fósiles era de 3 millones toneladas. En el año 2006 se emitieron a la atmósfera 8.379 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Emisión mundial de dióxido de carbón por combustión de energías por fósiles 1751-2006
Fuente: CDIAC, BP
En la actualidad hay más dióxido de carbono en la atmósfera que en cualquier momento de los 650.000 años anteriores. En el 2007, la concentración atmosférica de dióxido de Carbono era 37 % mas que al comienzo de la revolución industrial.
En sólo dos siglos se ha consumido gran parte de energía fósil creada en millones de años.
Concentración admosférica de dióxido de carbón. 1000-2007
Fuente: NOAA, Scripps, CDIAC y Worldwatch
Desde el principio del siglo XXI hemos vivido los años más calientes de los últimos 1.000 años.
El llamado Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, organizado por la ONU, ha aconsejado reducir las emisiones de carbono en un 60 %. Gobiernos como el del Presidente George Bush se niegan a oír ese consejo. Peor aún, ese Gobierno se niega a implementar la llamada Convención de Kyoto, que ha establecido la disminución de emisiones de carbono ¡en sólo un 8 %!
¿Y qué se puede decir del petróleo? Estamos viviendo el principio del fin de la era del petróleo. Si el ritmo de la producción de petróleo continúa como hasta ahora, y siempre que no se encuentren nuevos y grandes yacimientos, las actuales reservas mundiales durarían apenas unos 50 años. Las únicas reservas mundiales de petróleo que crecen son las de los países árabes, pero se estima que comenzarán a disminuir a partir del año 2010. Parece acercarse una crisis energética del mundo industrializado nunca antes vista.
Como todos sabemos, el precio del petróleo se ha ido disparando en las dos últimas décadas pasando de 18 dólares el barril en 1988 a 124 dólares por barril en el 2008 . A pesar de haberse multiplicado por seis el precio del petróleo, las emisiones de dióxido de carbono no han disminuido. Todo indica que esta situación obligará a los países de Norteamérica a volver a producir carbón. De hecho, la producción de plantas de generación de energía alimentadas por carbón en Estados Unidos ha crecido notablemente en los últimos años. En febrero de 2004 se habían planificado al menos 100 nuevas plantas de generación eléctrica con carbón en más de 36 Estados. Si se llega a poner en funcionamiento la mitad de esas plantas, tendremos un nuevo factor de incremento de las emisiones de carbono.
A este panorama se suma la producción de los llamados biocombustibles, que no es una solución al problema del cambio climático, y que más bien podrían agravarlo.
Un informe de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación , dice que la disponibilidad de alimentos puede verse amenazada por la producción de biocombustibles en el momento en que la tierra, el agua y otros recursos ya no se destinan a la producción de alimentos. Este fenómeno ya lo estamos viviendo en Bolivia.
Como todos sabemos, la demanda de maíz y soja ha aumentado rápidamente en los últimos años, desde que se comenzó a hablar de biocombustibles, poco después del año 2000. Desde esa fecha han subido los precios de esos dos productos y, por tanto, se destina cada vez más hectáreas de tierra para producirlos y menos para el trigo, por ejemplo. Esto ha producido, como era de esperar, un aumento en el precio del trigo y, por tanto, en el de la harina y el pan. La subida del precio de la soja, a su vez, impactó en el precio de los aceites para cocinar. El pollo, la carne de ganado y los lácteos también subieron, puesto que todos estos animales son grandes consumidores de maíz y soja. Toda esta cadena de efectos negativos en la economía popular la estamos viviendo en este momento en Bolivia.
Hoy, hasta el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional dicen que el actual alza mundial en el precio de los alimentos se debe en parte a la producción de los biocombustibles.
Y hasta un conocido diario de Estados Unidos, The New York Times, dice que el mundo “desarrollado” está provocando efectos negativos a la crisis económica “al respaldar la producción de biocombustibles".
A esto hay que añadirle, un informe elaborado por un grupo de científicos relacionados al Premio Nobel de Química, Paul Crutzen, que dice que la aplicación de fertilizantes en los campos destinados a biocombustibles genera grandes cantidades de óxido nitroso, uno de los gases causantes del llamado "efecto invernadero".
Por todos estos datos, no nos equivocamos quienes decimos que alimentar de gasolina a los autos es lo mismo que quitarles alimento a los seres humanos.
El planeta necesita controlar el consumo excesivo de energía y desarrollar energías alternativas. La energía solar, la geotérmica, la energía eólica, la hidroeléctrica en pequeña y mediana escala son opciones que debemos impulsar.
El desarrollo de energías limpias y amigables con la naturaleza es otra de las tareas fundamentales para salvar el planeta, la humanidad y la vida.
*Información extraida del Documento: "Los 10 mandamientos para salvar el planeta, la humanidad y la vida".