Compartimos con ustedes un artículo de Jaime Padilla sobre el encuentro Boliviano en Suecia 2010.
(VÄXJÖ, Suecia Jaime Padilla, Corresponsal ABI).-
“Lo que yo veo en el Encuentro Boliviano es un evento de manifestación y transferencia cultural muy importante: Tres generaciones comparten la diversidad y riqueza musical, comparten los valores de humanidad que hombres y mujeres, que no eligieron venir a estas latitudes e incorporan estas tradiciones intensivamente en las nuevas generaciones de bolivianos nacidos aquí“, expresó su impresión el embajador boliviano Milton Soto, que también participó engalanado de poncho y sobrero junto a la comparsa de la morenada en la entrada del carnaval que recorrió las principales arterias de Växjö para despedir este encuentro 2010 con la promesa de un nuevo abrazo el próximo año en la ciudad de Uppsala.
La ciudad amaneció soleada. Desde las 10 de la mañana, comenzaron a llegar cientos de bailarines a la plaza principal. El esmero fue grande, algunas madres ayudaban a sus hijas e hijos con los últimos toques en la vestimenta y los encargados de la música instalaban grandes parlantes sobre las camionetas que encabezarían el carnaval.
La ciudadanía anoticiada por medios locales de la fiesta boliviana, se habían instalado en las calles adyacentes para presenciar el recorrido folklórico. Entre organizadores, dirigentes de la Federación Nacional de Asociaciones Bolivianas en Suecia y Centro Cultural Boliviano se advertían una emotiva agitación y los bailarines animados ensayaban una y otra vez sus movimientos.
La plaza principal de la ciudad en dos horas cambió de tonalidad: viejos, jóvenes y niños, se paseaban agitando banderas y wiphalas, mientras las comparsas tomaban su ubicación. Detona a las 12 del medio día en la plaza el ambiente festivo y la morenada empieza movilizarse al ritmo de “La mentirosita” de “Los llajtaymanta” reproducida por los altoparlantes. Era el carnaval boliviano que seducía la tranquila ciudad de Växjö.
Tito Mendoza activo protagonista y defensor del folklore boliviano secundó a la morenada en su silla de ruedas. Hace dos año perdió una pierna, a consecuencias de las heridas recibidas durante la resistencia al golpe de García Meza en 1980.
Otro grupo a su paso alegró a propios y extraños, por su cadencia, el baile del taquirari. Arrancó igualmente simpatías un solitario niño pepino que jugueteaba entre todos los bailarines.
Los transeúntes preguntaban qué estaban celebrando los bolivianos con tanta algarabía. La explicación era simple: es el carnaval boliviano. Alguien del público preguntó sí Evo Morales estaba también bailando en esta fiesta.
Tras un recorrido de unos 3 kilómetros, las comparsas de saya y caporal, que reunió a varias asociaciones, por su destreza y agilidad, fueron las más aplaudidas. Y esto no terminaría así.
El conglomerado folklórico llegó a la plazoleta (Torre de Agua), a orillas del Lago de Växjö, allí donde el carnaval alcanzó su punto culminante, con un espectáculo que la ciudad recordará por un tiempo. Las asociaciones participantes exhibieron lo mejor de su grupo de baile y el broche de oro correspondió a los caporales del Club Deportivo Libertad (CDL), de Gotemburgo que una vez más en esta parte del mundo proclamaron: “Los Caporales son 100 por ciento boliviano”.
Luego de esta demostración Ramiro Dalence, encargado de los equipos de sonido y casi infaltable de estos eventos, anunció la cueca “Viva mi patria Bolivia” y todos espontáneamente comenzaron a bailar, ablandados hasta las lágrimas o talvez por la tristeza que la fiesta anunciaba su finalización.
“Nuestro carnaval más allá de ser una manifestación de identidad y de autoafirmación boliviana, es un gesto de generosidad y de reciprocidad con la sociedad sueca que nos acogió en otros tiempos. Somos gente alegre, multicultural, multicolor que se brinda en fiesta y acoge a suecos afganos, iraníes, chilenos, latinoamericanos y de otras latitudes que gozan de bailar nuestras danzas y derrochan su energía de verano con nosotros…por eso inundamos las calles con nuestras danzas con nuestro colorido y con nuestra alegría”, fascinado afirmó el embajador Milton Soto.
Jorge Álvarez presidente de Fedbol y miembro a la vez del Centro Cultural de Växjö, dijo sentirse contento al advertir la mayor presencia de jóvenes, y confía que en algún momento ellos deben asumir el compromiso de seguir manteniendo esta manifestación cultural para mostrar a la sociedad sueca y al mundo, que Bolivia es una sola.
Esas mismas sensaciones se expresaron de diversas maneras en cada uno de los compatriotas. Así este año sorprendió Teddy Chivi, dueña de una hermosa voz que compuso el texto de la canción del encuentro, con el ritmo del huayño “Pampa palomita”, que fue coreada por todos.
“El encuentro para mi es un encuentro con mis amigos, con mi pueblo, con mi cultura” dijo Alicia Chungara que demostró sobre el escenario sus habilidades con el canto y la poesía en las llamadas noches culturales. Las hermanas Chungara, hijas de Domitila, llegaron en 1981 junto a su madre.
El Viceministro boliviano de Descolonización Félix Cárdenas, invitado especial para la inauguración, dijo sobre el particular que “esto es la identidad cultural de los bolivianos”. Más allá de los bailes y actividades deportivas, muchos se recrearon con el “cacho” y el “sapo”.
Así para los residentes bolivianos en Suecia han transcurrido -del 26 al 31- siete días de encuentro, fiesta y comunidad. (Jaime Padilla)