Ciclo informativo: “Camino a Copenhague 2009” Bolivia comprometida con la Madre Tierra (Pachamama)

3 Mandamiento
Un mundo sin imperialismos ni colonialismos

El sistema capitalista lleva en sus entrañas al imperialismo y al colonialismo. Dominar al otro, someter al otro, controlar al otro y subordinar al otro, son las formas de “vida” de este modelo de “desarrollo” basado en la competencia y no en la complementariedad.
Nosotros, los pueblos indígenas del mundo, somos los que más hemos padecido las consecuencias del colonialismo y el imperialismo. No solamente nos han despojado de nuestros territorios en nombre de la “civilización”, sino que han pretendido despojarnos de nuestra identidad. Han querido “civilizarnos” como si fuéramos animales sin alma.
El colonialismo y el imperialismo parten de la premisa de que hay un mundo por descubrir, un mundo por conquistar, un mundo por dominar.
Durante siglos, imperialistas y colonialistas han querido imponernos la idea de que el Norte es quien tiene que enseñar y el Sur quien tiene que aprender.

El colonialismo y el imperialismo conciben un mundo dividido y fragmentado. En un lado están ellos y en el otro lado nosotros, el resto del mundo. Durante siglos, han dividido el mundo en dos: un mundo de prosperidad y progreso, y un mundo de atraso y descuido, un mundo “desarrollado” y un mundo “subdesarrollado”.

Sucede que ahora, ante la tragedia del medio ambiente que vive el planeta, somos “todos” responsables, los “desarrollados” y los “subdesarrollados”. Esto no es verdad, esto es una impostura.

Desde 1860, Europa y Norteamérica han contribuido con el 70 % de las emisiones de Dióxido de Carbono que están provocando el efecto invernadero que sobrecalienta el planeta; el principal responsable de la sobreexplotación de los bosques, la flora, la fauna, el agua, los minerales y el petróleo es el Norte “desarrollado”. Es el Norte “desarrollado” el que ha basado su crecimiento económico en la mayor utilización de los recursos mundiales y en el saqueo de los países del Sur.

No vamos a pisar la trampa: ¡es el Norte “desarrollado” quien tiene una inmensa deuda ecológica con el Sur y con el mundo entero!

En el mundo del “desarrollo” capitalista y en el foro que reúne a todos los países, la Organización de Naciones Unidas (ONU), no todos los países somos iguales. En la ONU hay países de primera y hay países de segunda. Los países de primera son los países que tienen el derecho a veto. De los 189 países de la ONU, un puñado de cinco países vitalicios, en el llamado Consejo de Seguridad, tienen el poder de impedir cualquier acuerdo con un sólo voto, con su propio voto.
Este es otro ejemplo de imperialismo y colonialismo en pleno siglo XXI. Nosotros, los pueblos indígenas del mundo, creemos que es necesario democratizar efectivamente el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Ya no deben haber miembros vitalicios con derecho a veto. Todos debemos tener los mismos derechos.
Un mundo de naciones con los mismos derechos debe ser un mundo donde se reconozcan las diferencias y las asimetrías entre países, un mundo donde se tomen en cuenta los desbalances entre regiones y países, un mundo donde se otorgue un trato diferenciado y más favorable a las economías más pequeñas.
No es posible competir en condiciones de igualdad en un mundo desigual. En vez de competencia debe haber complementariedad. Debemos tomar en cuenta las particularidades, las diferencias, las fortalezas y debilidades de cada país y de cada región. Debemos buscar complementarnos y no competir entre nosotros.
Un mundo multipolar es un mundo sin imperialismos ni colonialismo, un mundo más equilibrado, sin centros hegemónicos de poder, diverso y complementario.
*Información extraida del Documento: "Los 10 mandamientos para salvar el planeta, la humanidad y la vida".